El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno que afecta la habilidad para interactuar y comunicarse socialmente. Es una afección del neurodesarrollo que presenta alteraciones en la comunicación y en las interacciones sociales, junto a otras características, como comportamientos repetitivos, restringidos y estereotipados. Las áreas más afectadas son: - Socialización - Pensamiento Sensorial - Comportamientos repetitivos - La comunicación El autismo no es una enfermedad, por lo tanto no tiene causa ni tratamiento específico. Se considera una condición que acompaña a la persona a lo largo de su vida. 1 de cada 68 personas nace en el espectro autista, que se presenta de forma diferente en cada una de ellas. Actualmente se sabe que en el origen del TEA (Trastorno del Espectro Autista) participan diferentes factores como los ambientales, los biológicos y los genéticos. A pesar de esto, aún no es posible conocer sus causas. Se ha demostrado que no causan autismo ni el vínculo emocional con la madre ni las vacunas que recibe el niño. Se hablá de Espectro Autista porque refiere a un abanico de características en el cual están incluidas todas las personas con autismo pero cada una de ellas con sus particularidades. No hay un solo tipo de autismo, cada autismo es único. La gente con autismo percibe el mundo en forma diferente. Ve detalles que la mayoría de las personas no visualiza y tienen dificultades en procesar los diferentes estímulos. Por eso, los lugares, personas o rutinas nuevas le representan un desafío. Sostener la mirada del otro puede resultarle amenazante; por eso evita el contacto visual. El autismo está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden variar desde leves hasta muy severos, por eso se dice que es un espectro. No hay dos personas con autismo iguales. A una persona con autismo le cuesta expresar lo que siente así como también entender lo que les pasa o sienten los demás. Tienen gustos e intereses restringidos. Por ejemplo, un niño puede interesarse específicamente por los dinosaurios y casi por nada más. Realizar tareas repetitivas les sirve para ordenar un mundo que percibe caótico, por ejemplo, ordenar cajas en fila una y otra vez. Diagnóstico y tratamientoLa detección temprana mejora considerablemente el pronóstico. Cualquiera puede nacer con autismo y no hay manera de prevenirlo. Las señales de alerta que pueden aparecer son: - Falta de respuesta cuando al niño o niña lo llaman por su nombre (a partir del año de edad). - No señala objetos mostrando su interés (a partir de los 14 meses de edad). - No juega con situaciones imaginarias (a partir de los 18 meses de edad). - Evita el contacto visual y prefiere estar en soledad. - Retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje. - Falta de reciprocidad ante la demostración de los sentimientos de otras personas. - Irritabilidad frente a cambios mínimos. - Repetición de palabras o frases. - Movimientos incontrolados del cuerpo, sobre todo de las manos. Durante la infancia, en los chequeos médicos regulares, los pediatras deben examinar el desarrollo del niño. Si existen signos de TEA, tendrá que derivar a una evaluación completa y exhaustiva. Esta puede incluir un equipo de especialistas que realizan varios exámenes y evaluaciones para llegar a un diagnóstico. En general, los padres y los docentes de educación inicial, son los primeros que notan comportamientos poco comunes en el niño El 80% de las veces en las que un padre/madre sospecha que hay algo anormal en su hijo, está en lo cierto. Sin embargo, solo un 20% de estas sospechas son tenidas en cuenta por el especialista. La detección temprana de las alteraciones del desarrollo -como el autismo- permite una intervención adecuada y un mejor pronóstico. Está comprobado que la estimulación temprana ayuda a desarrollar la neuroplasticidad cerebral. Tan pronto como se diagnostique el autismo, la intervención debe comenzar con programas eficaces, enfocados en el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognitivas. La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece que los niños con TEA pueden ser plenamente incluidos en la escuela. Depende del grado de autismo que presente y el tipo de apoyo que requiera, el niño puede concurrir a una escuela común, con la ayuda de una maestra integradora. En otros casos, es necesario que asista a escuelas especiales o CET (Centro Educativo Terapéutico). En cualquiera de los casos, cualquiera sea el espacio educativo o terapéutico, es importante que estén incluidos en el medio social, en la comunidad y en la sociedad. Si bien no existe una cura para el trastorno del espectro autista, los tratamientos ayudan a desarrollar las habilidades afectadas. Los tratamientos son interdisciplinarios y no hay un protocólo específico y standar. Entre los más usados se encuentan la estimulación temprana, las terapia del tipo cognitivo/conductual, las terapias educativas y ocupacionales, terapias del lenguaje, etc. El color azul es el color que representa al mar. A veces, el mar está tranquilo y otras veces, muy turbulento. Lo mismo sucede en las vidas de una persona con autismo y su familia. Es por eso que el color azul se transformó en símbolo de los Trastornos del Espectro Autista (TEA).
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Noviembre 2024
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