El ejercicio es fundamental para la salud, pero no todas las personas pueden comenzar un entrenamiento convencional sin una evaluación previa. En ciertos casos, acudir directamente a un gimnasio sin supervisión puede aumentar el riesgo de lesiones o agravar una condición preexistente. Por ello, es importante distinguir cuándo es necesario un proceso de rehabilitación antes de iniciar una rutina de entrenamiento.
Las personas con obesidad crónica, enfermedades metabólicas o problemas articulares suelen enfrentar dificultades al iniciar actividad física sin una evaluación previa. Dolor en las articulaciones, falta de movilidad o fatiga extrema pueden ser señales de que el cuerpo necesita un enfoque más controlado. En estos casos, la rehabilitación es el primer paso antes de comenzar un entrenamiento convencional. A diferencia del ejercicio en un gimnasio, la rehabilitación está orientada a la recuperación funcional, el alivio del dolor y fortalecer el cuerpo de manera progresiva. En personas con obesidad, este proceso puede incluir ejercicios de bajo impacto, técnicas de reeducación postural y tratamiento de afecciones asociadas, como problemas en rodillas o columna. El entrenamiento en gimnasio, por su parte, es recomendable para aquellas personas que han alcanzado una estabilidad física adecuada y pueden realizar actividad física sin riesgo. Sin embargo, es importante que los planes de ejercicio sean diseñados en función de las capacidades individuales y bajo la supervisión de profesionales especializados, con el fin de prevenir lesiones o sobrecargas. En INAR adoptamos un enfoque interdisciplinario, combinando rehabilitación, ejercicios y acompañamiento terapéutico. Si deseas ser evaluado por el equipo o tener una segunda opinión de tu tratamiento, dejanos tu mensaje en www.inar.com.ar/contacto |
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Julio 2025
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